Cierra la puerta a la gripe y ¡suma salud!
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Sin duda alguna y a excepción de
litorales muy industrializados no existe
lugar en el planeta tierra con más propiedades beneficiosas para el ser humano
que el mismo mar. Cómo no apreciar su riqueza cuando se cree que anterior al
mono y aunque cueste creerlo, muy probablemente somos la evolución del pez pulmonado.
La pesca es el mejor ejemplo de
actividad saludable . En primer lugar el ejercicio de caminar hacia el pesquero
suele ser todo una aventura en la que se combinan senderismo y pequeñas dosis
de adrenalina. Las vitaminas del sol si vamos a pescar al amanecer. La sal que
respiramos mientras pescamos con su aroma de yodo. Si además se realiza de
forma ecológica con cebos naturales recolectados en el mismo entorno aumenta
nuestra actividad física.
Disfrutar posteriormente de
estos alimentos incrementa exponencialmente las propiedades del pescado con
respecto al pescado que habitualmente consumimos que viene mareado de tanto
transporte y de tantos cambios de temperaturas.
Finalmente hay que tener en
cuenta lo reparador que resulta un baño en algún charco del lugar dejando que
nuestros pies caminen sobre las mágicas algas y rejuveneciendo nuestra piel
aprovechando el milagro del agua marina.
No hay que olvidar que desde luego además de
estos beneficios para el cuerpo hay un aspecto más importante aún. Se trata de
la salud mental. La relajación que transmite la pesca. La vuelta a casa sin
problemas ni quebraderos de cabeza tras haber conseguido desconectar en el mar.
Para mí no es el mar sino la mar, un mágico mundo que
alberga tanta vida y salud.